El concejal Adrián Martínez explica que se está ejecutando la campaña 2019 y 2020, “como se hace cada año en esta temporada”, e incide en que las actuaciones “son más o menos drásticas en función del riesgo que supongan para la ciudadanía”.
El Plan de Podas municipal avanza “priorizando la seguridad ciudadana evitando peligros de caída o fractura de ramas”
19/02/2020
El Ayuntamiento de Cuenca, a través del Servicio de Parques y Jardines, está ejecutando el Plan de Podas para la campaña 2019-2020 dirigido a reducir el volumen y la altura de las copas de los árboles “para permitir un mejor control del arbolado y eliminar las ramas secas, quebradizas o en deficiente estado fitosanitario con el objetivo final de mejorar la seguridad de los ciudadanos”, ha explicado el concejal de Servicios Públicos, Adrián Martínez.
Dicho plan, que se desarrolla desde noviembre de 2019 y se extenderá hasta el mes de marzo de este año, se basa en actuaciones sobre los árboles más envejecidos y de más altura, trabajando por zonas o tramos “de manera que todo el arbolado de esas zonas quede podado y minimizado el riesgo”.
El edil incide en que “en cualquier caso se procederá a la tala de los árboles que presenten un deficiente estado fitosanitario o que tengan un grado de inclinación que supongan riesgo de caída o fractura y, por tanto, un riesgo para los ciudadanos”.
Martínez Vicente ha destacado asimismo que el personal que realiza estas tareas “cuenta con formación y experiencia suficientemente acreditada”, de modo que las actuaciones que se llevan a cabo son en todo caso “el resultado de aplicar criterios objetivos”.
Las actuaciones de este Plan de Poda, que se ejecuta anualmente desde el Ayuntamiento de Cuenca y cuyo avance se basa en función de la climatología, “son más o menos drásticas en función del riesgo que supongan para la ciudadanía”, ha vuelto a resaltar el concejal del ramo.
Teniendo en cuenta este “criterio que es prioritario por encima de cualquier otro”, las podas van destinadas a reducir el volumen de copa de árboles en viales y zonas estanciales; reducir la altura de árboles para permitir una mejor gestión y disminuir riesgos; limpieza de ramas secas, rotas o en deficiente estado fitosanitario; reducción de longitud de ramas con excesivo peso que presenten riesgo de rotura; formación de la estructura de copa en arbolado joven; eliminación de ramas bajas que dificulten el paso de peatones, vehículos, etc.; eliminación de ramas que incidan sobre edificios, tejados, farolas, señales de tráfico, etc.; y eliminación de chupones.
|