Según datos del Observatorio de la Sostenibilidad en España, si cada uno de los habitantes del planeta adoptara el sistema de vida de un español, harían falta los recursos de 2,7 Tierras para satisfacer las necesidades de consumo. Por tanto, consumimos casi tres veces más de lo que producimos.
El Programa 21 fue adoptado por 178 países en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, más conocida como “Cumbre de la Tierra” celebrada en junio de 1992 en Río de Janeiro, Brasil. Fue una declaración de buena voluntad de los países cuyo fin era encontrar una forma de desarrollo que tuviera en cuenta los vínculos esenciales entre el crecimiento económico, la igualdad social y el respeto al medio ambiente. En esta conferencia se acuñó el lema de la sostenibilidad, que «el desarrollo satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus necesidades».
Dos años más tarde, en mayo de 1994, en la Conferencia Europea sobre Ciudades y Poblaciones Sostenibles celebrada en Aalborg (Dinamarca), se aprobó la “Carta de Aalborg”. Con su firma, los municipios se comprometieron a participar en las iniciativas locales del Programa 21 y a crear a largo plazo instrumentos hacia un desarrollo sostenible. En definitiva, los gobiernos locales anotaban en su agenda política unos compromisos de cara al siglo veintiuno que se avecinaba.
En junio de 2004, se celebró la IV Conferencia Europea de Ciudades Sostenibles, también llamada “Aalborg+10, Inspiración para el Futuro” en la cual se revisó la actuación desarrollada por las autoridades locales a favor del desarrollo sostenible en los diez años transcurridos.
Desde la Cumbre de Río se ha difundido el término sostenibilidad y la Carta de Aalborg se ha convertido en un hito en el proceso continuo de las ciudades europeas hacia la sostenibilidad local, configurándose como un símbolo de adhesión de las ciudades hacia el desarrollo de procesos de Agenda 21 Local.
El papel de las ciudades y de sus habitantes es muy importante, consumen recursos, generan residuos y tienen capacidad para incidir en el 43% del consumo de energía. El 16% se consume en movilidad urbana. Por eso, las ciudades deben y pueden ser el lugar donde se empiece a cambiar para hacer frente a los nuevos retos: la eficiencia energética, la reducción de la emisión de gases, la movilidad urbana sostenible, potenciar los aspectos culturales y artísticos, la mejora de la convivencia, la cohesión social y la gestión municipal.
La Agenda 21 de Cuenca es una apuesta por la participación de la sociedad civil y un compromiso con la sostenibilidad y con la lucha global contra el cambio climático a través de la planificación de la movilidad urbana, la educación ambiental, el consumo responsable y el uso más eficiente de la energía y el agua, apostando por proyectos y actuaciones que protejan el medio ambiente y reduzcan la contaminación.
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