El informe completo se puede leer en la sección de Medio Ambiente
Los pinos piñoneros del Parque de los Moralejos corrían riesgo grave de caída


18/12/2014
Los pinos piñoneros que el Ayuntamiento de Cuenca ha retirado del Parque de Los Moralejos por razones de seguridad no tenían raíz suficiente que los sujetara al suelo, por lo que en las últimas semanas se habían caído dos ejemplares de dos toneladas cada uno.

Así se desprende del informe del Servicio Municipal de Medio Ambiente que se ha colgado hoy en la página web municipal (www.cuenca.es), en la sección de Medio Ambiente.
El informe adjunta varias fotografías en las que puede verse claramente la escasa raíz de los ejemplares caídos, a pesar de sus grandes dimensiones.

La razón de esta falta de sistema radicular está en la forma en la que fueron plantados en los años 70, mediante la técnica del escayolado. Esta técnica corta la la raíz principal y las secundarias a la en la mínima expresión. Además, la plantación se hizo sobre un suelo de apenas un metro de profundidad, pues estaba formado originariamente por cascotes y materiales de derribos que fueron compactados, aportando tierra vegetal para elevar algunos espacios (lonas) en los que plantar vegetación. Por otra parte, explica el informe que el exceso de riego y abono, debido a la necesidad de compensar el escaso sistema radicular y a compartir el suelo con césped, ha provocado que los árboles tengan que explorar muy poco para recibir nutrientes. Finalmente, al convivir los pinos piñoneros con otras especies arbóreas de crecimiento muy rápido, se produce una “competencia por la luz” que provoca el ahilamiento de los pinos y que éstos alcance gran altura, hasta los 25 metros.

En definitiva, el informe concluye que existía un alto riesgo de caída de los pinos que se han retirado. Riesgo que iba a ir en aumento, pues los árboles seguían crecimiento, no así sus raíces. Además, se da la circunstancia que el Parque de Los Moralejos es un lugar de paso para muchos estudiantes hacia la zona de los institutos, lo que acentuaba el problema de seguridad hasta el punto de haber provocado alguna desgracia, como los tristes sucesos que tuvieron lugar el pasado verano en Madrid, cuando dos personas murieron a consecuencia de la caída de árboles y ramas.

Por todo lo anterior, se determinó la necesidad “urgente” de talar esos pinos y sustituirlos por árboles de otras especies autóctonas, lo que tendrá lugar entre los meses de enero y febrero.
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